Caminamos
detrás del líder hasta el sitio donde la multitud de aquellos seres se había
reunido, al vernos se arrodillaron de inmediato, uno tras otro murmuraban la
palabra "bienvenidos" a cada paso que dábamos me sentía inquieto, había
algo que no me gustaba, ¿por qué tantas criaturas se postraban ante nosotros?,
jamás los habíamos visto, ni siquiera sabíamos de su existencia, aquella
situación me tenía perturbado, y al parecer lo mismo sentía Ian.
Llegamos al
centro, al lugar que había emergido de la tierra, nuestro guía nos miró y nos
invitó a su lado con un gesto. Una vez ahí levantó el arma que portaba y
disparó al cielo, todos se pusieron de pie y dieron gritos sin cesar, luego
tocó el suelo con el arma, y hubo silencio. Entonces empezó a hablar a su
gente.
-Hoy ha llegado el día que habíamos
esperado tras cientos de años, hoy nuestro destino cambiará, las cosas
mejorarán y nuestro pueblo prosperará. Podremos volver a lo que éramos al
principio, nuestro conocimiento volverá, los días de obscuridad terminarán y
las amenazas desaparecerán. ¡Hoy los guardianes han regresado! Hoy, empieza una
nueva era para todos ¡una era que será recordada por siempre!¡Gloria a los
guardianes!
-¡Gloria a los guardianes! gritó
toda la multitud.
Apenas
terminó de hablar y la multitud nos lanzó objetos, el capitán quiso sacar su
arma pero Ian lo detuvo.
-No hay
riesgo, son solo plantas.
-No estoy acostumbrado a vivir en
otros planetas Ian, y tampoco creo que deberías ser tan confiado.
-No soy confiado, pero puedo
discernir entre el peligro inminente y esto.
-Espero que tengas razón, no tenemos
mucho tiempo, nuestra gente nos necesita.
-Lo sé.
De pronto el
piso donde estábamos empezó a temblar y a descender, cuando habíamos bajado el
techo se cerró y de pronto se encendieron luces, Ian se sorprendió, ¿cómo
podían generar luz? al llegar a ese lugar nunca vimos plantas de energía, ¿cómo
lo lograron? El líder de aquel pueblo nos pidió que lo siguiéramos, caminamos
algunos minutos antes de llegar a un salón inmenso donde vimos los nombres de
dos de los otros capitanes grabados en las paredes, pero lo que me atemorizó
fue ver diez cámaras de incubación ahí en ese lugar. Ian se
acercó a verlas de cerca y empezó a temblar.
-Están
vivos, pero han cambiado mucho.
-Ha pasado mucho tiempo desde que
llegaron los guardianes. Dijo el líder.
-¿Qué es lo que pasó aquí? No
comprendo nada. Gritó el capitán.
Me acerqué a
una de las cápsulas y en su interior vi a un Kai como nosotros, pero había
envejecido demasiado. Su piel era más oscura y de no ser por las lecturas de
sus signos vitales hubiese dicho que estaba muerto. Miré cada una de las
cápsulas restantes y todos se encontraban en la misma condición. Caí de
rodillas atónito, no creía lo que veían mis ojos.
-¿Por qué
los llamas Guardianes? pregunté.
-Desde que llegaron siempre nos
cuidaron, nos enseñaron todo lo que sabemos, aunque mucho conocimiento se perdió,
solamente unos pocos lo conservamos porque mantenemos comunicación con ellos
cada cierto tiempo.
-¿Cómo se
comunican?
-Los guardianes despiertan cada diez
años, durante un día hablan con un sacerdote, en ésta era hablan conmigo. Por
eso sabía que vendrían, y que tengo que despertar a los guardianes.
-¿Cada diez años? ¿Cuánto tiempo es
eso? La órbita de éste planeta es diferente a la nuestra, ¿sabes lo que estoy
tratando de decirte?
-Ariz. Su planeta tarda casi dos
veces más en recorrer una órbita de lo que éste lo hace. Diez años aquí son 20
ciclos solares para ustedes. Lo sé porque los guardianes me educaron en la
ciencia.
-¿Por qué lo
hicieron?
-Creo que eso deberían preguntárselo
a ellos. Los voy a despertar.
Continuará...

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