martes, 23 de septiembre de 2014

GUARDIANES


Caminamos detrás del líder hasta el sitio donde la multitud de aquellos seres se había reunido, al vernos se arrodillaron de inmediato, uno tras otro murmuraban la palabra "bienvenidos" a cada paso que dábamos me sentía inquieto, había algo que no me gustaba, ¿por qué tantas criaturas se postraban ante nosotros?, jamás los habíamos visto, ni siquiera sabíamos de su existencia, aquella situación me tenía perturbado, y al parecer lo mismo sentía Ian.

Llegamos al centro, al lugar que había emergido de la tierra, nuestro guía nos miró y nos invitó a su lado con un gesto. Una vez ahí levantó el arma que portaba y disparó al cielo, todos se pusieron de pie y dieron gritos sin cesar, luego tocó el suelo con el arma, y hubo silencio. Entonces empezó a hablar a su gente.

-Hoy ha llegado el día que habíamos esperado tras cientos de años, hoy nuestro destino cambiará, las cosas mejorarán y nuestro pueblo prosperará. Podremos volver a lo que éramos al principio, nuestro conocimiento volverá, los días de obscuridad terminarán y las amenazas desaparecerán. ¡Hoy los guardianes han regresado! Hoy, empieza una nueva era para todos ¡una era que será recordada por siempre!¡Gloria a los guardianes!
-¡Gloria a los guardianes! gritó toda la multitud.

Apenas terminó de hablar y la multitud nos lanzó objetos, el capitán quiso sacar su arma pero Ian lo detuvo.
-No hay riesgo, son solo plantas.
-No estoy acostumbrado a vivir en otros planetas Ian, y tampoco creo que deberías ser tan confiado.
-No soy confiado, pero puedo discernir entre el peligro inminente y esto.
-Espero que tengas razón, no tenemos mucho tiempo, nuestra gente nos necesita.
-Lo sé.

De pronto el piso donde estábamos empezó a temblar y a descender, cuando habíamos bajado el techo se cerró y de pronto se encendieron luces, Ian se sorprendió, ¿cómo podían generar luz? al llegar a ese lugar nunca vimos plantas de energía, ¿cómo lo lograron? El líder de aquel pueblo nos pidió que lo siguiéramos, caminamos algunos minutos antes de llegar a un salón inmenso donde vimos los nombres de dos de los otros capitanes grabados en las paredes, pero lo que me atemorizó fue ver diez cámaras de incubación ahí en ese lugar. Ian se acercó a verlas de cerca y empezó a temblar. 
-Están vivos, pero han cambiado mucho.
-Ha pasado mucho tiempo desde que llegaron los guardianes. Dijo el líder.
-¿Qué es lo que pasó aquí? No comprendo nada. Gritó el capitán.

Me acerqué a una de las cápsulas y en su interior vi a un Kai como nosotros, pero había envejecido demasiado. Su piel era más oscura y de no ser por las lecturas de sus signos vitales hubiese dicho que estaba muerto. Miré cada una de las cápsulas restantes y todos se encontraban en la misma condición. Caí de rodillas atónito, no creía lo que veían mis ojos. 

-¿Por qué los llamas Guardianes? pregunté.
-Desde que llegaron siempre nos cuidaron, nos enseñaron todo lo que sabemos, aunque mucho conocimiento se perdió, solamente unos pocos lo conservamos porque mantenemos comunicación con ellos cada cierto tiempo.
-¿Cómo se comunican?
-Los guardianes despiertan cada diez años, durante un día hablan con un sacerdote, en ésta era hablan conmigo. Por eso sabía que vendrían, y que tengo que despertar a los guardianes.
-¿Cada diez años? ¿Cuánto tiempo es eso? La órbita de éste planeta es diferente a la nuestra, ¿sabes lo que estoy tratando de decirte? 
-Ariz. Su planeta tarda casi dos veces más en recorrer una órbita de lo que éste lo hace. Diez años aquí son 20 ciclos solares para ustedes. Lo sé porque los guardianes me educaron en la ciencia.
-¿Por qué lo hicieron? 

-Creo que eso deberían preguntárselo a ellos. Los voy a despertar.

Continuará...





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