El llamado sacerdote se acercó a las
cabinas una por una e ingresó el código para desactivar las cápsulas, poco a
poco nuestros hermanos Kai iban recuperando la conciencia, nos dimos cuenta que
les costaba trabajo salir así que los ayudamos, al vernos se sorprendieron,
pero se alegraron enormemente. Aún vestían sus armaduras, descoloridas y
abolladas, como si vidas enteras hubiesen transcurrido. Unos se levantaron y se
apoyaron en las paredes, otros se arrodillaron y esperaron a que sus organismos
reaccionen. Cuando se recuperaron del sueño inducido se dieron cuenta de lo que
ocurría. El Kai que portaba la armadura de un comandante se acercó a nuestro
capitán, colocó sus manos sobre sus hombros y lo llamó por su nombre.
-Capitán
Argis.
-Comandante.
-Ya no recuerdo cuanto tiempo ha transcurrido. Hemos estado
esperándolos por siglos.
-No es
posible, sólo nos demoramos días.
-Míranos, esto no ocurre en días. El comandante señaló a sus
compañeros, todos habían soportado el paso del tiempo, todos habían vivido con
la esperanza de nuestra llegada. Ian se acercó al comandante, y solicitó
permiso para hablar.
-Comandante, el capitán Argis no miente, tuvimos un inconveniente
con una batería de energía y eso demoró nuestro viaje por algunos días.
-¿Y cómo solucionaron el problema de energía?
Ian y el capitán se miraron, bajaron
la cabeza y ninguno se pronunció. Entonces me atreví a tomar la palabra.
-Tuvimos que sacrificar a casi toda la tripulación para usar la
energía de las cápsulas comandante.
-¿La
tripulación? -¿Cuántos han llegado aquí?
-Solamente
treinta, comandante.
-Esto es el fin, toda la esperanza se ha terminado, no podremos
regresar jamás.
-No estoy de acuerdo comandante. replicó Ian. -Si han podido
establecerse en esta civilización, también podemos conseguir lo que hemos
venido a buscar.
-¿Para qué quieres hacer eso científico inútil? Han pasado miles
de años, nuestro mundo ya no debe existir. ¡Ustedes son unos bobos! Han cruzado
la galaxia tardándose una eternidad, Ariz nos necesitaba, nuestra gente iba a
morir y ustedes los condenaron.
-Nosotros no los condenamos, toda la raza Kai nos condenó, con su
idiotez y su abuso de los recursos del planeta, no les bastó con utilizar todo
lo que les quedaba, sino que iniciaron guerras para conseguir aún mas, perforaron
el planeta, lo vaciaron por completo, contaminaron cada rincón de él. Al
llamarnos bobos tienes razón, porque no debimos venir aquí, debimos dejar que
nuestra raza cosechara lo que sembró. Por lo menos habríamos muerto junto a
nuestra gente.
-Hace mucho tiempo que perdí la noción del tiempo, Ariz debió
haber fallecido hace cientos de años. ¿Para qué quieres iniciar una campaña que
no tiene objetivo?
-Comandante, yo no he perdido la esperanza, aún no entiendo lo que
sucedió en nuestro viaje, necesito revisar sus registros de vuelo, compararlos
con el de nuestra nave, solamente así podré descubrir que ocurrió.
-No veo objeto, pero tampoco veo problema, los registros están en
la nave.
-Y las otras
dos naves?
-Una está al otro lado del planeta. La otra ya no existe.
-¿Por
qué?
-Es una larga historia, han pasado miles de años en éste planeta,
muchas cosas buenas y muchas otras terribles fueron parte de nuestra
estadía.
-Señor mío. Dijo el líder de las criaturas, que había escuchado
todo lo que conversamos.
-Inok. ¿Cuánto tiempo hemos dormido desde la última vez?
-Cinco años
señor mío.
-¿Qué sabes
de los otros?
-No hemos
tenido noticias mi señor.
-Pero pronto estarán aquí, deben saber que los científicos han
llegado.
-¿A quién se refiere comandante? preguntó el capitán.
-Vamos a la nave, ahí mientras revisan los registros les contaré
la historia, ya no hay tiempo que perder.
El anciano comandante se apresuró
por el corredor mientras Inok, ese era el nombre del líder de las criaturas,
nos guiaba. Ian estaba ansioso por llegar, quería comparar los registros, quizá
pueda encontrar la razón por la que tardamos miles de años.
Continuará...
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