miércoles, 8 de octubre de 2014

REBELIÓN



El comandante, se acercó a la pantalla principal para ver los datos con más claridad, no podía creer lo que acababa de escuchar, regresó a ver a Ian y sus ojos lo cuestionaron. Los demás ancianos murmuraban unos con otros, incluso yo creí que mi mentor se había vuelto loco. Argis, le respondió tan honestamente como le fue posible.

-Ian, entiendo que tengas fe y que nuestro planeta aún existe, y eso es muy posible, pero nuestra raza se extinguió, los únicos Kai que quedan somos nosotros.
-Tienes razón. Respondió Ian. –En éste plano es muy probable que nuestra gente haya sucumbido ante los abusos de nuestro hogar. Pero podemos encontrar la forma de volver a Ariz con los recursos que necesita.
-Es imposible, deja de hacerte ilusiones.
-Soy un científico Argis. Toda mi vida la he dedicado a estudiar nuestro mundo, y el universo.
-Esto es distinto, no hay nada que podamos hacer ya. Es demasiado tarde. Dijo el Comandante.
-No lo es. Hace mucho tiempo, un científico desarrolló un experimento en Ariz, quería demostrar que el tiempo no era más que una dimensión en nuestras vidas, quería probar que el tiempo era controlable, pero a pesar de sus intentos no lo consiguió, la ciencia lo respaldaba, su teoría era perfecta, por lo menos para nosotros los científicos, pero no tuvo éxito.
-Y si no tuvo éxito, ¿por qué sigues recordándolo?
-Porque él nunca pudo viajar al espacio, nunca experimentó con otros campos gravitacionales. Su experimento siempre lo realizó con la gravedad de Ariz. Nosotros en cambio, viajamos usando otras condiciones, para nuestro segundo salto, cuando el primero falló, estábamos lejos de nuestra estrella y su campo de gravedad, por eso el salto fue distinto, el agujero debió cambiar sus propiedades, su tamaño, su efecto en nosotros.
-Eso es una locura. Dijo Argis.
-Mira a tu alrededor, ¿qué es lo que ves? Es el resultado de nuestro viaje, una prueba de que el tiempo es controlable, nuestros hermanos Kai han pasado vidas enteras aquí, mientras nosotros dormimos un poco. Es posible regresar Argis, y podemos hacerlo.
-¿Cómo puedes estar tan seguro?
-Porque tengo fe. Si nuestra raza hubiese estado destinada a extinguirse, no estaríamos aquí.

Los diez ancianos Kai se acercaron, sus rostros mostraban esperanza,  Ian y sus palabras les habían devuelto las ganas de vivir, uno a uno colocaron sobre el tablero de controles pequeñas cajas. El comandante hizo lo mismo y habló con Ian y el Capitán.

-Aunque suene a una locura, es la única esperanza que nos queda, haremos lo posible para llevar a cabo el plan que Ian tiene. Después de todo no hay nada que perder. Desde ahora estamos a tu servicio Argis.
-Estamos a servicio de Ian, es él quien sabe que debemos hacer. Respondió el capitán.
-Sé lo que debemos hacer, pero necesitaremos ésta nave, y la que está en este planeta. Necesitamos llevar de vuelta todos los recursos que podamos.
-ésta nave puede ser reparada, con tu ayuda y la de los otros Kai que llegaron; sin embargo, dudo que podamos usar la otra nave que está en este planeta.
            -¿Por qué? Tenemos vehículos que nos pueden llevar hasta donde está.
-Hay un mar que separa esta tierra de donde ellos están, ninguno de nuestros vehículos podrá llegar allí. Deben construir nuevos.
            -Eso nos tomaría más tiempo.
-El tiempo es lo de menos, tú mismo lo dijiste, el tiempo es controlable. El problema está en que el capitán de esa nave se rebeló.
-¿Rebelión? ¿Cómo es posible? Los Kai no somos así.
- Los Kai no éramos así, han pasado miles de años, ustedes no han cambiado, nosotros sí. Tuvimos que acostumbrarnos a éste planeta, a sus criaturas, a sus plantas, a su clima, es muy distinto al de Ariz. A pesar de que nos hicimos más saludables, empezamos a envejecer, y debimos tomar decisiones, fue cuando Ertos se rebeló.
-¿Ertos? Él era mi amigo, ¿cómo pudo rebelarse? ¿Por qué lo hizo? Preguntó Argis.
-Nosotros decidimos esperar por ustedes, y seguir con lo planeado, pero él no estaba de acuerdo, se olvidó de sus orígenes y de sus hermanos, decidió quedarse en este planeta y gobernarlo.
-¿Gobernar éste planeta? Nuestra gente estaba en peligro. Nuestra raza desaparecería, ¿Cómo pudo tomar semejante decisión?
-Argis, tú no has vivido miles de años. No sabes a lo que te enfrentarías. Hay muchas cosas que deben saber, sólo así podrán comprender lo que ha sucedido en éste lugar.

Ian escuchaba al comandante con mucha atención, entonces se dio cuenta de algo importante, el comandante había dicho que seguirían con lo planeado.

            -Comandante, ¿siguieron el plan? ¿Qué quiso decir con eso?
-Ian, ésta nave está llena de aurum, nos costó mucho conseguir todo lo que necesitas, pero lo hicimos.
-¿La nave está llena? ¿Cómo lo hicieron sin los equipos de extracción que trajimos nosotros?
-Tuvimos que inventar nuevas cosas, herramientas, maquinaria, algunas veces usamos a las criaturas de éste planeta para transportar el metal. Pero aún así no era suficiente, no hubiésemos llenado la nave si no hubiésemos logrado nuestra mayor creación.
-¿De qué habla comandante? ¿Qué fue lo que crearon?

El comandante no respondió, tampoco lo hicieron los otros ancianos, solamente voltearon su cabeza y miraron a Inok. El líder de las criaturas al sentirse observado se postró en sus rodillas y fijó su mirada en el piso. Ian, me miró absorto, yo quería entender a lo que se referían, entonces recordé el parecido de aquellas criaturas con nosotros.



Continuará…

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