El comandante, se acercó a
la pantalla principal para ver los datos con más claridad, no podía creer lo que
acababa de escuchar, regresó a ver a Ian y sus ojos lo cuestionaron. Los demás
ancianos murmuraban unos con otros, incluso yo creí que mi mentor se había vuelto
loco. Argis, le respondió tan honestamente como le fue posible.
-Ian, entiendo que tengas
fe y que nuestro planeta aún existe, y eso es muy posible, pero nuestra raza se
extinguió, los únicos Kai que quedan somos nosotros.
-Tienes razón. Respondió
Ian. –En éste plano es muy probable que nuestra gente haya sucumbido ante los
abusos de nuestro hogar. Pero podemos encontrar la forma de volver a Ariz con
los recursos que necesita.
-Es imposible, deja de
hacerte ilusiones.
-Soy un científico Argis.
Toda mi vida la he dedicado a estudiar nuestro mundo, y el universo.
-Esto es distinto, no hay
nada que podamos hacer ya. Es demasiado tarde. Dijo el Comandante.
-No lo es. Hace mucho
tiempo, un científico desarrolló un experimento en Ariz, quería demostrar que
el tiempo no era más que una dimensión en nuestras vidas, quería probar que el
tiempo era controlable, pero a pesar de sus intentos no lo consiguió, la
ciencia lo respaldaba, su teoría era perfecta, por lo menos para nosotros los
científicos, pero no tuvo éxito.
-Y si no tuvo éxito, ¿por
qué sigues recordándolo?
-Porque él nunca pudo
viajar al espacio, nunca experimentó con otros campos gravitacionales. Su
experimento siempre lo realizó con la gravedad de Ariz. Nosotros en cambio,
viajamos usando otras condiciones, para nuestro segundo salto, cuando el
primero falló, estábamos lejos de nuestra estrella y su campo de gravedad, por
eso el salto fue distinto, el agujero debió cambiar sus propiedades, su tamaño,
su efecto en nosotros.
-Eso es una locura. Dijo Argis.
-Mira a tu alrededor, ¿qué
es lo que ves? Es el resultado de nuestro viaje, una prueba de que el tiempo es
controlable, nuestros hermanos Kai han pasado vidas enteras aquí, mientras
nosotros dormimos un poco. Es posible regresar Argis, y podemos hacerlo.
-¿Cómo puedes estar tan
seguro?
-Porque tengo fe. Si nuestra
raza hubiese estado destinada a extinguirse, no estaríamos aquí.
Los diez ancianos Kai se
acercaron, sus rostros mostraban esperanza, Ian y sus palabras les habían devuelto las
ganas de vivir, uno a uno colocaron sobre el tablero de controles pequeñas
cajas. El comandante hizo lo mismo y habló con Ian y el Capitán.
-Aunque suene a una
locura, es la única esperanza que nos queda, haremos lo posible para llevar a cabo
el plan que Ian tiene. Después de todo no hay nada que perder. Desde ahora
estamos a tu servicio Argis.
-Estamos a servicio de
Ian, es él quien sabe que debemos hacer. Respondió el capitán.
-Sé lo que debemos hacer, pero
necesitaremos ésta nave, y la que está en este planeta. Necesitamos llevar de
vuelta todos los recursos que podamos.
-ésta nave puede ser
reparada, con tu ayuda y la de los otros Kai que llegaron; sin embargo, dudo
que podamos usar la otra nave que está en este planeta.
-¿Por qué? Tenemos vehículos que nos pueden llevar hasta
donde está.
-Hay un mar que separa
esta tierra de donde ellos están, ninguno de nuestros vehículos podrá llegar
allí. Deben construir nuevos.
-Eso nos tomaría más tiempo.
-El tiempo es lo de menos,
tú mismo lo dijiste, el tiempo es controlable. El problema está en que el
capitán de esa nave se rebeló.
-¿Rebelión? ¿Cómo es
posible? Los Kai no somos así.
- Los Kai no éramos así,
han pasado miles de años, ustedes no han cambiado, nosotros sí. Tuvimos que
acostumbrarnos a éste planeta, a sus criaturas, a sus plantas, a su clima, es
muy distinto al de Ariz. A pesar de que nos hicimos más saludables, empezamos a
envejecer, y debimos tomar decisiones, fue cuando Ertos se rebeló.
-¿Ertos? Él era mi amigo,
¿cómo pudo rebelarse? ¿Por qué lo hizo? Preguntó Argis.
-Nosotros decidimos
esperar por ustedes, y seguir con lo planeado, pero él no estaba de acuerdo, se
olvidó de sus orígenes y de sus hermanos, decidió quedarse en este planeta y
gobernarlo.
-¿Gobernar éste planeta?
Nuestra gente estaba en peligro. Nuestra raza desaparecería, ¿Cómo pudo tomar
semejante decisión?
-Argis, tú no has vivido
miles de años. No sabes a lo que te enfrentarías. Hay muchas cosas que deben
saber, sólo así podrán comprender lo que ha sucedido en éste lugar.
Ian escuchaba al comandante
con mucha atención, entonces se dio cuenta de algo importante, el comandante
había dicho que seguirían con lo planeado.
-Comandante, ¿siguieron el plan? ¿Qué quiso decir con
eso?
-Ian, ésta nave está llena
de aurum, nos costó mucho conseguir todo lo que necesitas, pero lo hicimos.
-¿La nave está llena? ¿Cómo
lo hicieron sin los equipos de extracción que trajimos nosotros?
-Tuvimos que inventar
nuevas cosas, herramientas, maquinaria, algunas veces usamos a las criaturas de
éste planeta para transportar el metal. Pero aún así no era suficiente, no hubiésemos
llenado la nave si no hubiésemos logrado nuestra mayor creación.
-¿De qué habla comandante?
¿Qué fue lo que crearon?
El comandante no
respondió, tampoco lo hicieron los otros ancianos, solamente voltearon su
cabeza y miraron a Inok. El líder de las criaturas al sentirse observado se
postró en sus rodillas y fijó su mirada en el piso. Ian, me miró absorto, yo
quería entender a lo que se referían, entonces recordé el parecido de aquellas
criaturas con nosotros.
Continuará…

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