martes, 19 de agosto de 2014

BIENVENIDA


Ian lanzó drones de reconocimiento para realizar un mapa holográfico del lugar, debíamos tener idea de a que nos enfrentaríamos, aquel planeta era pequeño pero sin una nave nos llevaría tiempo llegar al lugar de donde provenía la señal. Cuando la información llegó a nuestros sistemas, nos sorprendimos, creíamos que el planeta no tenía vida inteligente; sin embargo, los drones habían detectado construcciones cerca de la señal, eso no estaba en nuestros planes, sabíamos que podíamos encontrar problemas con la fauna pero no vida inteligente, nuestro viaje de reconocimiento se volvía peligroso. Pero debíamos realizarlo. Tomamos todo el equipo necesario, y ésta vez usamos trajes protectores, si aquella vida inteligente tenía armas, debíamos tener precaución. Salimos con la esperanza de encontrar a nuestros hermanos. 
Los drones enviaron información suficiente para programar una ruta directa, el viaje nos tomaría algunos ciclos solares de ese planeta, programamos nuestro vehículo y cruzamos aquella superficie, llena de vida, cientos, tal vez miles de criaturas pasaban frente a nuestros ojos, algunas podían volar, otras mostraban colores que no habíamos visto, el viaje estuvo tranquilo hasta que los sensores detectaron la nave, nos detuvimos para realizar una inspección visual, a lo lejos se podía divisar lo que al parecer era una ciudad, Ian no lo podía creer, la señal de la nave venía exactamente de la mitad del sitio, debíamos entrar en ella para ver a nuestros compañeros. Nos pusimos nerviosos, realmente no sabíamos que esperar. 
Ian, regresó al vehículo, nos llamó, lo seguimos nos pusimos en marcha. Al acercarnos a la ciudad, pequeñas construcciones se presentaban, vimos algunos especímenes cerca de aquellas casas, Ian disminuyó la velocidad, al parecer no tenían interés, los seres inteligentes no eran ellos. Nos adentramos en la ciudad, y una gigantesca construcción nos impidió el paso, ahí en el centro de esa civilización  estaba nuestra nave, la señal provenía del interior, debía estar debajo de ese edificio. No podíamos seguir en el vehículo, continuamos el viaje a pie, entramos al edificio, y al cruzar las paredes exteriores encontramos un patio enorme, allí en el centro se veía la punta de la nave, alrededor de ella, cientos de seres gritaban, lo sorprendente: Lo hacían en nuestro idioma, gritaban una palabra: “Bienvenidos”

CONTINUARÁ

No hay comentarios.:

Publicar un comentario