El capitán seguía intentando comunicarse con las naves pero no hubo respuesta, sólo silencio, no entendíamos que había ocurrido, Ian sugirió que la nave se aproxime al planeta y entre en órbita para escanear la superficie, si ellos habían aterrizado, nuestros sistemas podrían detectarlos, el problema era que no quedaba mucha energía, podríamos dar una vuelta al planeta y luego vernos obligados a aterrizar para buscar la manera de recargar las baterías. Tampoco sabíamos a ciencia cierta si su atmósfera era buena para nuestros organismos, teníamos datos de la misión de reconocimiento, pero la teoría puede diferir de la práctica. El capitán preparó la aproximación, el nerviosismo se sentía en cada uno de los tripulantes, en los paneles de control las alarmas se encendían, la energía fallaba, entonces el capitán rápidamente decidió aterrizar, ya no importaba lo que nos esperaba, solamente importaba descender.
La nave se sacudía fuertemente, el descenso se hizo eterno, pero al ir adentrándonos en aquel mundo una vista increíble se presentó ante nuestros ojos, los componentes de la atmósfera mezclados con esa estrella que lo alimentaba iluminaba todo, aquellos colores no los olvidaré jamás, nada que ver con nuestro agonizante planeta. Miré por los paneles inferiores, sobre la masa de tierra cientos de seres vivos, de incontables especies se movían por todas partes, aquel lugar estaba lleno de vida, sentí una envidia incontrolable. De pronto uno de los tripulantes gritó, los sensores habían detectado una de las naves militares, pero la señal era demasiado débil, el capitán localizó su posición, pero no teníamos energía suficiente para llegar hasta el lugar. Ian revisó los controles, durante el salto, el motor había fallado, el viaje había consumido más energía de la que él había calculado. Finalmente aterrizamos, Ian apagó el motor principal y enfocó los sistemas para realizar un diagnóstico de la atmósfera, para suerte nuestra, no habían agentes tóxicos, al contrario allí nuestros cuerpos se volverían más saludables. Al escuchar la noticia todos en la nave gritamos con alegría, el capitán autorizó a todos para descender, en poco tiempo la nave se vació, y absortos ante tanta maravilla sólo pudimos dar gracias al Creador.
Los seres vivos de ese planeta huían al querer acercarnos, ninguno parecía poder comunicarse, eran muy diferentes a nosotros, ellos caminaban en cuatro extremidades, unos tenían prominentes narices y otros largos cuellos, unos peculiarmente parecían tener armaduras en sus cabezas, pero ninguno mostraba interés en nosotros. El capitán se dirigió a la tripulación, enviaría dos vehículos de reconocimiento para transportar a Ian y cinco voluntarios, me ofrecí gustoso. El objetivo era entablar contacto con las naves militares y conseguir una batería para realizar la extracción de materiales y minerales. Nos preparamos, llevamos armas para afrontar alguna situación de riesgo y salimos en busca de nuestros hermanos.
CONTINUARÁ...

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