miércoles, 5 de noviembre de 2014

PROFECÍA



Inok subió a la plataforma que lo llevaba al patio central, escuchaba a su gente gritar, la algarabía se había vuelto más densa. Al llegar a la superficie, se dio cuenta de que casi todos los miembros de su pueblo se habían embriagado, miró a su alrededor y notó el desorden provocado por la bebida. Danzas, gritos, peleas e incluso abuso hacia las mujeres. Nadie notó que había regresado. Gritó una y otra vez para que lo escuchen pero no logró llamar su atención. Cansado de gritar, usó su bastón y lo disparó hacia el cielo; sin embargo, ésta vez, un sonido estruendoso aplacó a la multitud.  Al darse cuenta de que Inok estaba furioso todos se pusieron de rodillas. Él dio un respiro profundo y habló a la multitud.

-¿Es así como se comportan en un día tan especial? ¿Acaso no sienten vergüenza? Son tan miserables que esa es la razón por la que ellos no se muestran ante ustedes. ¡No son dignos de su presencia! Lo único que conseguirán será que se olviden de nosotros y no nos protejan. Hoy se da inicio a una nueva era, y en nosotros está que sea para bien o para mal. Los Guardianes han despertado para darles la bienvenida a sus hermanos. Debemos respetar sus deseos, debemos honrarlos.

Una de aquellas criaturas se puso de pie y se acercó a Inok, tenía su cabeza cubierta por pelo blanco, su piel arrugada y su torpeza al moverse mostraban que los años habían carcomido su cuerpo. Al verlo el sacerdote lo reconoció, años atrás había sido su mentor, quien le mostró los secretos y conocimientos acerca de los Guardianes. Se paró junto a su antiguo discípulo y levantó sus manos para exclamar.

            -¡La profecía se ha cumplido!

El pueblo se puso de pie y eufóricamente gritó, Inok al entender sus palabras se postró frente al anciano y extendiendo sus brazos le entregó su bastón. El anciano lo tomó y apuntando a la torre más alta hizo uso del arma, la luz alcanzó un cristal que adornaba la torre, entonces ésta se dividió y cientos de destellos se repartieron en diferentes direcciones, se sintió un temblor y en las cuatro esquinas del patio, las mismas que apuntaban a las cuatro direcciones, emergieron obeliscos colosales, sus paredes mostraban símbolos antiguos tallados con una perfección envidiable. El anciano al ver que los monumentos estaban en posición descubrió su pecho, tenía una plancha metálica con piedras de colores igual a la que Inok poseía.

-Estamos listos. La profecía empieza hoy. La paz volverá a nuestras tierras, Los Caídos pagarán por sus atrocidades y los Guardianes serán vengados. Durante años hemos soportado los abusos, los saqueos, los ataques de los Caídos. Pero ha sido suficiente, hoy llegaron nuestros salvadores, tal como lo dijo nuestro padre Laam. En tiempos antiguos lo dijo, en tiempos antiguos nos prometió que vendrían, ¡y ese día es hoy! El tiempo de la maldad ha cesado, nuestro destino toca nuestras puertas, Este día será recordado como el principio de un nuevo mundo.
Hoy el bien se hará sentir sobre el mal. Por eso, ¡hoy hay que celebrar!

Inok miró al anciano, sus palabras contradecían lo que él pensaba, quiso apaciguar a la multitud pero su antiguo maestro los animó a seguir su festejo. Él los miró y comprendió que su gente se lo merecía. Además, no había recibido ninguna orden de Laam. Pensó en qué podrían estar hablando y se dio cuenta que les tomaría mucho tiempo ponerse al día. Su preocupación se tornó alegría y junto a su pueblo celebró la llegada de los nuevos Guardianes mientras el anciano los observaba con atención. El sol empezaba a ocultarse y las sombras de los obeliscos se hacían cada vez más largas, no era la época precisa del año pero estaban diseñadas para que las sombras recorran senderos en el patio, dando un espectáculo impresionante, algo que sólo verdaderos conocedores de astronomía podían llevar a cabo. Al llegar la noche el anciano entró al edificio donde los sacerdotes se reunían, mandó llamar a Inok quien no demoró en encontrarlo. El edificio estaba hecho de bloques inmensos de piedra, tallados sobre ellas se encontraban historias de los Guardianes, desde su llegada, hasta el tiempo de su batalla con los Caídos.

-Inok, acércate.- Dijo el anciano. –Ya es hora, los obeliscos de la profecía están listos. Es momento para decírselo a los Guardianes.
-Pero ellos me pidieron que los deje solos.
-No tenemos tiempo que perder. Si nosotros pudimos ver a los recién llegados, estoy seguro que los Caídos también lo hicieron. No tardarán en llegar. Debes ir y decirle a Laam que debemos estar listos.
-Maestro, ¿en verdad cree que podremos librarnos del mal por fin?
-La profecía se ha cumplido, tal y como fue dicha hace miles de años. ¿La has olvidado Inok?
-Cuando el hombre empiece a olvidar sus raíces, cuando empiece a olvidar de donde proviene, un lucero llegará, en él vendrá el salvador, aquel lleno de luz y esperanza, y con él vendrán los hacedores del bien, quienes los liberarán del mal antes de volver a su hogar en las estrellas. No la he olvidado maestro.
-Entonces ve y cumple con tu parte de la profecía.

Inok salió del edificio y se dirigió a la nave para comunicar lo sucedido a Laam, mientras lo hacía miraba al cielo, tratando de ubicar la estrella que según los antiguos, era el hogar del que provenían los Guardianes. Pero antes de llegar a la entrada las piedras en su pecho empezaron a iluminarse, al ver el orden en que se encendieron corrió hacia la entrada para advertirle a los Guardianes.


CONTINUARÁ…

miércoles, 29 de octubre de 2014

ENKOS


Ian se acercó a Inok y lo ayudó a levantarse, él temblaba, se notaba su nerviosismo, sentía que no debía estar en ese lugar. Para nosotros esa actitud era desconocida, los Kai habíamos aprendido a mantener la paz y la serenidad hace miles de años, pero aquella criatura se encontraba fuera de sí, como si tuviese miedo de nosotros. Ian trató de tranquilizarlo pero no lo consiguió, entonces el comandante le dio una orden a Inok.

-Inok, hijo mío, ve con el pueblo, diles que pronto tendrán noticias nuestras, ya no temas más.

-Como ordene mi señor. –Respondió Inok.

El pequeño ser volvió a postrarse de rodillas, y luego de un momento salió de prisa sin regresar a ver, el comandante lo miró hasta que desapareció en un pasillo, luego se dirigió a su sitio y se sentó, los demás ancianos ocuparon también sus lugares. Argis, nuestro capitán, rompió el silencio.

            -¿Qué fue lo que sucedió en este planeta Comandante?

-Es una larga historia Argis. Pero, ¿puedo pedirte un favor? Deja de llamarme comandante, solamente llámame por mi nombre.
            -Pero eso va en contra de nuestro código, no puedo hacerlo.

-Han pasado miles de años Argis, ese código es historia. Nuestra misión, la de salvas Ariz se convirtió en la necesidad de sobrevivir.

-Pero nosotros no vivimos lo que ustedes vivieron en este mundo. El código sigue presente para nosotros.

-Es una orden, de hoy en adelante no nos llamaran por nuestros títulos o rangos, nos llamarán por nuestros nombres, hace mucho tiempo que no escucho a un Kai pronunciarlo. La orden es para todos los que acaban de llegar. No discutan, sólo entiendan que nuestra estancia en este planeta no ha sido lo que soñamos. Llegamos con el sueño de convertirnos en salvadores de nuestra raza y terminamos como desterrados de nuestro propio mundo. A veces pienso que haber perpetuado nuestra existencia fue un error.

-No fue un error, el sueño no ha terminado, ustedes empezaron algo que ahora podemos terminar, aún podemos salvarlos, ¿verdad Ian?

Ian se acercó al comandante y sonrió, extendió su mano para estrechar la suya.

-Ustedes nos dieron la oportunidad de llevar a cabo nuestro cometido. Su sacrificio no será olvidado, ustedes son en verdad dignos de admiración. Gracias Laam, gracias Comandante.

El comandante estrechó la mano de Ian, sonrió y se puso de pie. Luego se dirigió a la mesa de controles y encendió la pantalla. Imágenes con el día de su llegada al planeta aparecieron ante nuestros ojos.
           
-Cuando llegamos aquí, todos estábamos felices. Un mundo lleno de colores nos llenaba de esperanza. Lo primero que hicimos fue confirmar la información que habíamos recibido, analizamos la atmósfera para saber si era compatible con la nuestra, y lo era. Buscamos señales de vida inteligente, analizamos todos los espectros conocidos en busca de comunicaciones, no encontramos nada. Entonces decidimos descender a la superficie. Lo que encontramos fue maravilloso. Las criaturas eran hermosas, había cientos de especies y todas parecían inofensivas. Buscamos un lugar lo suficientemente grande para las tres naves. Durante días esperamos su llegada, mientras tanto observamos el comportamiento de esas criaturas, unas eran muy dóciles y otras usaban la fuerza para alimentarse de las más pequeñas. No se parecían a las de Ariz.

-Nosotros fuimos responsables de la extinción de cientos de especies. Replicó Ian.

-Tienes razón, por eso nos sentíamos absortos por ver tanta maravilla. Así pasaron algunos días, al ver que no llegaban decidimos salir de la nave. Por precaución usamos las armaduras aislantes, no confiábamos aún en la atmósfera.
Laam hizo uso de sus controles y cambió las imágenes por las que había guardado con su casco. Empezamos a ver lo que él había visto en su primera aventura fuera de la nave.

-Toda la tripulación salió aquel día, para ser honesto, creo que todos llenos de nervios y hasta temor. Pero al salir, las criaturas que rodeaban la nave empezaron a huir, ninguna se acercó. Poco a poco logramos tranquilizarnos. Revisamos el exterior de la nave, todo estaba perfecto, no había daños. Volvimos al interior, repetimos la tarea varios días seguidos, y decidimos no usar las armaduras, la atmósfera era estable en todo momento. Lo más importante fue conseguir provisiones, con tantas plantas no fue difícil conseguirlas. El agua también era muy pura, era más pura que la de Ariz, no hacía falta limpiarla, sin embargo lo hicimos por precaución. Pasaron tres meses antes de que decidiéramos empezar con la misión. Enviamos drones para analizar el terreno y buscar yacimientos de aurum. Los datos eran increíbles, había cantidades enormes del metal en muchos lugares, pero algunas locaciones específicas tenían concentraciones suficientes para llenar las naves cientos de veces. La tarea no fue sencilla, sin las máquinas que traen ustedes en su nave, se nos hizo muy difícil. Al principio fue sencillo recoger trozos de aurum regados en corrientes de agua, pero no era suficiente, lo que recogíamos en un día era insignificante.

-¿Porqué no crearon herramientas?

-Las creamos, pero un año después. Durante ese tiempo seguimos esperando que llegaran. Entonces nos dimos cuenta de que algo serio pasaba, A pesar de que los ingenieros de la nave dijeron que podían llegar yo perdí toda esperanza. Pero teníamos una misión y continuamos con ella. Pasaron años, creamos herramientas, pero éramos muy pocos, sin la maquinaria extractora no lográbamos alcanzar la meta diaria. Fue cuando todo empezó.

-¿Qué quieres decir con que todo empezó? Preguntó Argis.

-La intranquilidad, la tripulación se negaba a trabajar, no veían sentido en la misión. Los dos capitanes de las otras naves se reunieron conmigo para evaluar la situación. Todo terminó mal. Enlos, el segundo al mando de la misión quería volver a Ariz. No quería terminar su vida en un mundo extraño. Enkos, el otro  capitán, me apoyó y decidió continuar la misión. Eso sacó de su equilibrio a Enlos, perdió su control, la furia lo dominó. Volvió a su nave y cesó su participación en la misión.

-¿Cómo es posible que haya perdido el control?

          -No lo sé. No fue el único, muchos lo perdieron. Muchos dejaron de ser Kai, se convirtieron en seres incomprensibles, perdieron su disciplina, perdieron su identidad. La misión habría fracasado de no ser por Enkos.

CONTINUARÁ...

jueves, 9 de octubre de 2014

A dangerous mission



Ian was my teacher, a scientist who was chosen by the central government as leader of the exploration of a discovered planet. I had offered to volunteer for the expedition, I had just finished my basic training in science, I had almost no experience, and it was he who practically adopted me. There was no time to lose, the mission was too risky, the few energy resources of the planet were used to send the four ships of the fleet, and they were the last hope. So Ian did not resist, instead, he supported and always guided me. We had to travel to another system, one younger, a world full of life had been discovered, a world that could give us hope. A reconnaissance expedition travelled six cycles ago and sent the necessary information to us, that little planet could give us the material that our world needed, a material that could help restore our atmosphere. A sacrifice was to be done for the survival of our species. Upon arrival, Ian would be responsible for providing the energy needed for the ships to return. He was the key.

The farewell was very painful, it would be long before we could see our relatives and our friends again, but the mission and its objective were worth it. Upon returning, we would not see sad faces, but faces full of hope. We hugged them all and then went to the main platform, Ian watched me at the door, his eyes conveyed me peace, he was a good Kai. I hurried, I smiled and together we entered the ship, behind us many volunteers, soldiers, scientists and workers were joining an unknown adventure, practically on the other side of the group of stars.

The fleet set off without difficulty, the first ships to jump into the space-time wormhole were the military ones, before we could get to the planet they should inspect the surface to avoid any inconvenient for our crew. We saw the three military ships vanish before our eyes, we should wait for one planetary rotation to make the jump, so they could pave the way for our arrival. I saw one of the observation panels, our planet was beautiful, but it had become a desert. Wars and abuse of resources had led us to the edge of extinction. Scientists like Ian were who managed to prevent Kai disappear, but without resources the end was near, our atmosphere declined, soon, our world, our beautiful Ariz would die.

Ian woke me up, we should prepare for the jump, I was excited, we soon would enter the new system and would see the new planet, the one who would save us. The crew entered their incubation chambers. The captain announced the jump, I went to my chamber and began to feel sleepy, the ship suddenly started to shake, a blinding light surrounded us, I could not move, I did not feel my body, we had been explained what would happen in theory, but it was a unique experience, I felt one with the universe. However, shortly after the ship stopped, warning lights turned on, the chamber doors opened, I saw Ian get up and go immediately to the control room. Something had gone wrong.

We were ordered to remain in the incubation chambers, nobody gave us answers, I decided to talk to Ian, he would know how to explain what was happening. I went to the control room but two guards prevented me from going in, I could see the Captain and my mentor discussing, I waited until he came out, he got surprised when he saw me, his face looked very sad, his eyes did not shine, and despair possessed him. He took my arm and led me to his station. There he told me that the engine had failed pulling the ship out of the wormhole, which just meant we were in the middle of nowhere, far from our world and away from the mission. I did not know how much it would take to repair it, I was not sure we could do it, so he asked me to come into my chamber incubation. I looked at him and told him I would help him. that was the reason why I was there.

Time passed and we found no way to repair the engine, Ian realized that one of the main batteries lost power, so the engine did not survive the jump. Now the ship did not have enough energy to start again. We were stranded in space, without provisions we did not have much time. He decided to talk to the captain, he explained what happened, the mission had failed, Ariz and we were doomed to extinction. Then Ian had an idea, he could divert energy from a percentage of the incubation chambers, the engine may work, but that meant one thing, those whose cameras were to remain disabled would not reach the destination. Making a decision was devastating for Ian and the captain, they should sacrifice the lives of the crew in order to save our planet.

miércoles, 8 de octubre de 2014

REBELIÓN



El comandante, se acercó a la pantalla principal para ver los datos con más claridad, no podía creer lo que acababa de escuchar, regresó a ver a Ian y sus ojos lo cuestionaron. Los demás ancianos murmuraban unos con otros, incluso yo creí que mi mentor se había vuelto loco. Argis, le respondió tan honestamente como le fue posible.

-Ian, entiendo que tengas fe y que nuestro planeta aún existe, y eso es muy posible, pero nuestra raza se extinguió, los únicos Kai que quedan somos nosotros.
-Tienes razón. Respondió Ian. –En éste plano es muy probable que nuestra gente haya sucumbido ante los abusos de nuestro hogar. Pero podemos encontrar la forma de volver a Ariz con los recursos que necesita.
-Es imposible, deja de hacerte ilusiones.
-Soy un científico Argis. Toda mi vida la he dedicado a estudiar nuestro mundo, y el universo.
-Esto es distinto, no hay nada que podamos hacer ya. Es demasiado tarde. Dijo el Comandante.
-No lo es. Hace mucho tiempo, un científico desarrolló un experimento en Ariz, quería demostrar que el tiempo no era más que una dimensión en nuestras vidas, quería probar que el tiempo era controlable, pero a pesar de sus intentos no lo consiguió, la ciencia lo respaldaba, su teoría era perfecta, por lo menos para nosotros los científicos, pero no tuvo éxito.
-Y si no tuvo éxito, ¿por qué sigues recordándolo?
-Porque él nunca pudo viajar al espacio, nunca experimentó con otros campos gravitacionales. Su experimento siempre lo realizó con la gravedad de Ariz. Nosotros en cambio, viajamos usando otras condiciones, para nuestro segundo salto, cuando el primero falló, estábamos lejos de nuestra estrella y su campo de gravedad, por eso el salto fue distinto, el agujero debió cambiar sus propiedades, su tamaño, su efecto en nosotros.
-Eso es una locura. Dijo Argis.
-Mira a tu alrededor, ¿qué es lo que ves? Es el resultado de nuestro viaje, una prueba de que el tiempo es controlable, nuestros hermanos Kai han pasado vidas enteras aquí, mientras nosotros dormimos un poco. Es posible regresar Argis, y podemos hacerlo.
-¿Cómo puedes estar tan seguro?
-Porque tengo fe. Si nuestra raza hubiese estado destinada a extinguirse, no estaríamos aquí.

Los diez ancianos Kai se acercaron, sus rostros mostraban esperanza,  Ian y sus palabras les habían devuelto las ganas de vivir, uno a uno colocaron sobre el tablero de controles pequeñas cajas. El comandante hizo lo mismo y habló con Ian y el Capitán.

-Aunque suene a una locura, es la única esperanza que nos queda, haremos lo posible para llevar a cabo el plan que Ian tiene. Después de todo no hay nada que perder. Desde ahora estamos a tu servicio Argis.
-Estamos a servicio de Ian, es él quien sabe que debemos hacer. Respondió el capitán.
-Sé lo que debemos hacer, pero necesitaremos ésta nave, y la que está en este planeta. Necesitamos llevar de vuelta todos los recursos que podamos.
-ésta nave puede ser reparada, con tu ayuda y la de los otros Kai que llegaron; sin embargo, dudo que podamos usar la otra nave que está en este planeta.
            -¿Por qué? Tenemos vehículos que nos pueden llevar hasta donde está.
-Hay un mar que separa esta tierra de donde ellos están, ninguno de nuestros vehículos podrá llegar allí. Deben construir nuevos.
            -Eso nos tomaría más tiempo.
-El tiempo es lo de menos, tú mismo lo dijiste, el tiempo es controlable. El problema está en que el capitán de esa nave se rebeló.
-¿Rebelión? ¿Cómo es posible? Los Kai no somos así.
- Los Kai no éramos así, han pasado miles de años, ustedes no han cambiado, nosotros sí. Tuvimos que acostumbrarnos a éste planeta, a sus criaturas, a sus plantas, a su clima, es muy distinto al de Ariz. A pesar de que nos hicimos más saludables, empezamos a envejecer, y debimos tomar decisiones, fue cuando Ertos se rebeló.
-¿Ertos? Él era mi amigo, ¿cómo pudo rebelarse? ¿Por qué lo hizo? Preguntó Argis.
-Nosotros decidimos esperar por ustedes, y seguir con lo planeado, pero él no estaba de acuerdo, se olvidó de sus orígenes y de sus hermanos, decidió quedarse en este planeta y gobernarlo.
-¿Gobernar éste planeta? Nuestra gente estaba en peligro. Nuestra raza desaparecería, ¿Cómo pudo tomar semejante decisión?
-Argis, tú no has vivido miles de años. No sabes a lo que te enfrentarías. Hay muchas cosas que deben saber, sólo así podrán comprender lo que ha sucedido en éste lugar.

Ian escuchaba al comandante con mucha atención, entonces se dio cuenta de algo importante, el comandante había dicho que seguirían con lo planeado.

            -Comandante, ¿siguieron el plan? ¿Qué quiso decir con eso?
-Ian, ésta nave está llena de aurum, nos costó mucho conseguir todo lo que necesitas, pero lo hicimos.
-¿La nave está llena? ¿Cómo lo hicieron sin los equipos de extracción que trajimos nosotros?
-Tuvimos que inventar nuevas cosas, herramientas, maquinaria, algunas veces usamos a las criaturas de éste planeta para transportar el metal. Pero aún así no era suficiente, no hubiésemos llenado la nave si no hubiésemos logrado nuestra mayor creación.
-¿De qué habla comandante? ¿Qué fue lo que crearon?

El comandante no respondió, tampoco lo hicieron los otros ancianos, solamente voltearon su cabeza y miraron a Inok. El líder de las criaturas al sentirse observado se postró en sus rodillas y fijó su mirada en el piso. Ian, me miró absorto, yo quería entender a lo que se referían, entonces recordé el parecido de aquellas criaturas con nosotros.



Continuará…

miércoles, 1 de octubre de 2014

AGUJERO


El comandante nos guió por los pasillos construidos alrededor de la nave, en un momento llegamos a la puerta de, todo se veía muy antiguo, el paso de los años era muy notorio, algunas partes estaban rotas y muchas otras no se encontraban en su lugar. Ingresamos ya que la puerta estaba abierta, el interior estaba oscuro, casi no podíamos ver, Inok entonces descubrió su pecho y una placa metálica colgaba de su cuello, sobre ella tenía piedras de distintos colores, en total eran doce, cuatro verticales y tres horizontales, el Comandante se acercó y presionó las piedras en un cierto orden, la nave entonces recuperó la energía. Era un aparato que habían diseñado para que aquellas criaturas pudiesen manipular la nave. Todo se iluminó, los paneles, controles y sensores de movimiento empezaron a trabajar. En la pantalla se encendió la señal de nuestra nave, localizaba su ubicación en el planeta con detalle. El comandante se sentó en su silla de mando mientras los demás ancianos tomaron sus lugares y pusieron los controles a disposición de Ian. Nuestro capitán le entregó su dispositivo con los datos de nuestra nave, Ian tomó los suyos y accedió a la base de datos. Comparó los resultados y su rostro empezó a mostrar una mezcla de admiración y coraje. Cuando la comparación terminó nuestro científico estaba mudo.

-¿Lograste averiguar qué sucedió Ian? Preguntó el comandante.
-Sí. Ahora sé lo que sucedió. No lo van a creer.

Puso los datos en la pantalla principal de la cabina para que todos podamos verlos. Y empezó su explicación. Su voz temblaba de emoción y tristeza a la vez, escuchamos muy atentos y realmente nos sorprendimos hasta mas no poder.
   
-Las tres primeras naves viajaron como lo planeado, no tuvieron problemas como el nuestro, su energía fue constante y su viaje fue realizado en el tiempo programado. La nuestra en cambio no pudo hacerlo. Cuando ideamos la forma de dar energía de nuevo a la nave creímos que el viaje sería igual. Pero no fue así, cuando entramos en las cámaras de incubación no nos percatamos de lo que ocurrió, y eso fue nuestra condena.
-¿Condena a qué? preguntó el comandante.
-A perdernos en el tiempo.
-¿De qué estás hablando?
-La energía no abasteció al motor de gravitación como debería haberlo hecho, miren la pantalla, los registros no son constantes, hay siete fallas, indican que el motor prácticamente dejó de funcionar por momentos, de hecho se detuvo por segundos, y en dos ocasiones por minutos. En esos instantes, el motor no generaba las partículas aislantes que envolvían a la nave y permitían que viajemos a la velocidad de la luz y podamos saltar a un agujero de espacio- tiempo recortando el viaje. 
-Pero eso no debía ser un problema, al ingresar nuevamente al agujero ustedes debieron llegar casi al mismo tiempo que nosotros. 
-Mira de nuevo la pantalla, esos espacios indican cuándo se reingresó al agujero, algunas fallas duraron días. Y eso provocó la demora en nuestra llegada.
-Pero si sólo fueron días ¿por qué tardaron tanto en llegar?
-El agujero espacio tiempo no es igual siempre, no es una puerta que se cierra y al abrirla uno encuentra lo mismo. La fluctuación que existe entre el universo y los agujeros depende de muchos factores, la gravedad es uno de ellos, por eso al salir todos del mismo punto llegaron aquí por igual, porque el campo gravitacional de Ariz formó un agujero distinto al que nosotros entramos, de hecho, nosotros viajamos por muchos agujeros.
-Ian. ¿Cuánto tiempo tardamos en llegar? Preguntó el capitán.
-Según mis cálculos, 400.000 ciclos solares aproximadamente. 200.000 años en este planeta.

Todos enmudecimos, ahora estaba claro porque nuestros hermanos Kai habían envejecido tanto, y porque la nave estaba en medio de una civilización, nuestro entorpecido viaje había causado una demora que significaba prácticamente la extinción de nuestro planeta de origen. Argis sintió desconsuelo, una lágrima brotó de su ojo, algo que no había visto jamás en él. Ian se acercó y colocó sus manos sobre sus hombros.
-No desesperes, aún hay solución, de la misma manera que nuestro viaje demoró tanto, podemos hacer que nuestro regreso sea más corto, de hecho al pasado, podemos regresar a tiempo para salvar a Ariz.

Continuará…

jueves, 25 de septiembre de 2014

COMANDANTE



El llamado sacerdote se acercó a las cabinas una por una e ingresó el código para desactivar las cápsulas, poco a poco nuestros hermanos Kai iban recuperando la conciencia, nos dimos cuenta que les costaba trabajo salir así que los ayudamos, al vernos se sorprendieron, pero se alegraron enormemente. Aún vestían sus armaduras, descoloridas y abolladas, como si vidas enteras hubiesen transcurrido. Unos se levantaron y se apoyaron en las paredes, otros se arrodillaron y esperaron a que sus organismos reaccionen. Cuando se recuperaron del sueño inducido se dieron cuenta de lo que ocurría. El Kai que portaba la armadura de un comandante se acercó a nuestro capitán, colocó sus manos sobre sus hombros y lo llamó por su nombre.
-Capitán Argis.
-Comandante. 
-Ya no recuerdo cuanto tiempo ha transcurrido. Hemos estado esperándolos por siglos.
-No es posible, sólo nos demoramos días.
-Míranos, esto no ocurre en días. El comandante señaló a sus compañeros, todos habían soportado el paso del tiempo, todos habían vivido con la esperanza de nuestra llegada. Ian se acercó al comandante, y solicitó permiso para hablar.
-Comandante, el capitán Argis no miente, tuvimos un inconveniente con una batería de energía y eso demoró nuestro viaje por algunos días.
-¿Y cómo solucionaron el problema de energía?
Ian y el capitán se miraron, bajaron la cabeza y ninguno se pronunció. Entonces me atreví a tomar la palabra.
-Tuvimos que sacrificar a casi toda la tripulación para usar la energía de las cápsulas comandante.
-¿La tripulación? -¿Cuántos han llegado aquí?
-Solamente treinta, comandante. 
-Esto es el fin, toda la esperanza se ha terminado, no podremos regresar jamás.
-No estoy de acuerdo comandante. replicó Ian. -Si han podido establecerse en esta civilización, también podemos conseguir lo que hemos venido a buscar.
-¿Para qué quieres hacer eso científico inútil? Han pasado miles de años, nuestro mundo ya no debe existir. ¡Ustedes son unos bobos! Han cruzado la galaxia tardándose una eternidad, Ariz nos necesitaba, nuestra gente iba a morir y ustedes los condenaron.
-Nosotros no los condenamos, toda la raza Kai nos condenó, con su idiotez y su abuso de los recursos del planeta, no les bastó con utilizar todo lo que les quedaba, sino que iniciaron guerras para conseguir aún mas, perforaron el planeta, lo vaciaron por completo, contaminaron cada rincón de él. Al llamarnos bobos tienes razón, porque no debimos venir aquí, debimos dejar que nuestra raza cosechara lo que sembró. Por lo menos habríamos muerto junto a nuestra gente.
-Hace mucho tiempo que perdí la noción del tiempo, Ariz debió haber fallecido hace cientos de años. ¿Para qué quieres iniciar una campaña que no tiene objetivo?
-Comandante, yo no he perdido la esperanza, aún no entiendo lo que sucedió en nuestro viaje, necesito revisar sus registros de vuelo, compararlos con el de nuestra nave, solamente así podré descubrir que ocurrió.
-No veo objeto, pero tampoco veo problema, los registros están en la nave.
-Y las otras dos naves?
-Una está al otro lado del planeta. La otra ya no existe.
-¿Por qué? 
-Es una larga historia, han pasado miles de años en éste planeta, muchas cosas buenas y muchas otras terribles fueron parte de nuestra estadía. 
-Señor mío. Dijo el líder de las criaturas, que había escuchado todo lo que conversamos. 
-Inok. ¿Cuánto tiempo hemos dormido desde la última vez?
-Cinco años señor mío.
-¿Qué sabes de los otros?
-No hemos tenido noticias mi señor.
-Pero pronto estarán aquí, deben saber que los científicos han llegado.
-¿A quién se refiere comandante? preguntó el capitán.
-Vamos a la nave, ahí mientras revisan los registros les contaré la historia, ya no hay tiempo que perder.

El anciano comandante se apresuró por el corredor mientras Inok, ese era el nombre del líder de las criaturas, nos guiaba. Ian estaba ansioso por llegar, quería comparar los registros, quizá pueda encontrar la razón por la que tardamos miles de años.

Continuará...

martes, 23 de septiembre de 2014

GUARDIANES


Caminamos detrás del líder hasta el sitio donde la multitud de aquellos seres se había reunido, al vernos se arrodillaron de inmediato, uno tras otro murmuraban la palabra "bienvenidos" a cada paso que dábamos me sentía inquieto, había algo que no me gustaba, ¿por qué tantas criaturas se postraban ante nosotros?, jamás los habíamos visto, ni siquiera sabíamos de su existencia, aquella situación me tenía perturbado, y al parecer lo mismo sentía Ian.

Llegamos al centro, al lugar que había emergido de la tierra, nuestro guía nos miró y nos invitó a su lado con un gesto. Una vez ahí levantó el arma que portaba y disparó al cielo, todos se pusieron de pie y dieron gritos sin cesar, luego tocó el suelo con el arma, y hubo silencio. Entonces empezó a hablar a su gente.

-Hoy ha llegado el día que habíamos esperado tras cientos de años, hoy nuestro destino cambiará, las cosas mejorarán y nuestro pueblo prosperará. Podremos volver a lo que éramos al principio, nuestro conocimiento volverá, los días de obscuridad terminarán y las amenazas desaparecerán. ¡Hoy los guardianes han regresado! Hoy, empieza una nueva era para todos ¡una era que será recordada por siempre!¡Gloria a los guardianes!
-¡Gloria a los guardianes! gritó toda la multitud.

Apenas terminó de hablar y la multitud nos lanzó objetos, el capitán quiso sacar su arma pero Ian lo detuvo.
-No hay riesgo, son solo plantas.
-No estoy acostumbrado a vivir en otros planetas Ian, y tampoco creo que deberías ser tan confiado.
-No soy confiado, pero puedo discernir entre el peligro inminente y esto.
-Espero que tengas razón, no tenemos mucho tiempo, nuestra gente nos necesita.
-Lo sé.

De pronto el piso donde estábamos empezó a temblar y a descender, cuando habíamos bajado el techo se cerró y de pronto se encendieron luces, Ian se sorprendió, ¿cómo podían generar luz? al llegar a ese lugar nunca vimos plantas de energía, ¿cómo lo lograron? El líder de aquel pueblo nos pidió que lo siguiéramos, caminamos algunos minutos antes de llegar a un salón inmenso donde vimos los nombres de dos de los otros capitanes grabados en las paredes, pero lo que me atemorizó fue ver diez cámaras de incubación ahí en ese lugar. Ian se acercó a verlas de cerca y empezó a temblar. 
-Están vivos, pero han cambiado mucho.
-Ha pasado mucho tiempo desde que llegaron los guardianes. Dijo el líder.
-¿Qué es lo que pasó aquí? No comprendo nada. Gritó el capitán.

Me acerqué a una de las cápsulas y en su interior vi a un Kai como nosotros, pero había envejecido demasiado. Su piel era más oscura y de no ser por las lecturas de sus signos vitales hubiese dicho que estaba muerto. Miré cada una de las cápsulas restantes y todos se encontraban en la misma condición. Caí de rodillas atónito, no creía lo que veían mis ojos. 

-¿Por qué los llamas Guardianes? pregunté.
-Desde que llegaron siempre nos cuidaron, nos enseñaron todo lo que sabemos, aunque mucho conocimiento se perdió, solamente unos pocos lo conservamos porque mantenemos comunicación con ellos cada cierto tiempo.
-¿Cómo se comunican?
-Los guardianes despiertan cada diez años, durante un día hablan con un sacerdote, en ésta era hablan conmigo. Por eso sabía que vendrían, y que tengo que despertar a los guardianes.
-¿Cada diez años? ¿Cuánto tiempo es eso? La órbita de éste planeta es diferente a la nuestra, ¿sabes lo que estoy tratando de decirte? 
-Ariz. Su planeta tarda casi dos veces más en recorrer una órbita de lo que éste lo hace. Diez años aquí son 20 ciclos solares para ustedes. Lo sé porque los guardianes me educaron en la ciencia.
-¿Por qué lo hicieron? 

-Creo que eso deberían preguntárselo a ellos. Los voy a despertar.

Continuará...